La ansiedad relacional no es un defecto de tu personalidad. Es esa alarma interna que se enciende cuando sientes (real o imaginariamente) que un vínculo importante está en peligro.
Nota: Trabajaremos para regular esta alarma juntas, mediante sesiones 100% online, permitiéndote sanar desde tu propio entorno seguro, estés donde estés.
Nuestra forma de amar se construye en la infancia. Si el cuidado fue inconstante, es probable que desarrollaras un Apego Ansioso. Tu cerebro infantil aprendió a "escanear" señales para no ser abandonado. Hoy, esa estrategia sigue activa.
Quedarse pegada/o: Repasas conversaciones pasadas buscando errores. No es "obsesión", es tu mente intentando encontrar seguridad donde percibe una herida de apego.
Hipervigilancia: Estás pendiente de cada tono o gesto. Tu cerebro está escaneando amenazas constantemente.
Miedo a la Pérdida: Sientes urgencia por "arreglar" la relación ya mismo. Es una respuesta instintiva de lucha o huida.
El Nudo Visceral: Esa presión en el pecho es tu sistema nervioso desregulado enviando señales de alerta.
Insomnio por Alerta: Despiertas con el corazón acelerado. Tu cuerpo necesita herramientas de corregulación.
Tensión Crónica: Dolor de mandíbula o hombros cargados. Es un estado de alta activación constante.
Situaciones: El Silencio Digital ("visto"), El Escáner de Tonos (interpretar silencio como enojo), La Sobre-Adaptación (no decir lo que sientes), La Anticipación Catastrófica (esperar que todo salga mal).
Cuerpo (S.O.S): Respiración 4-7-8 y Cambio de Temperatura (agua fría).
Mente: Hecho vs. Interpretación y La Pregunta Mágica ("¿Qué necesita mi yo niña?").
Estas herramientas son primeros auxilios. El Método ORIGEN te toma de la mano para que estas prácticas se conviertan en tu nueva forma natural de vivir.